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lunes, 24 de enero de 2011

Los Villares: Un encuentro OVNI sorprendente

Los Villares: Un encuentro OVNI sorprendente

El aterrizaje OVNI de los Villares, quizás sea uno de los sucesos mas controvertidos y polémicos ocurridos dentro de la amplia y variopinta "fauna" ufológica española. Son numerosos los artículos, libros e incluso reportajes de televisión que mencionan los detalles de este singular caso ocurrido en la década de los noventa del siglo pasado. Desde un primer momento, con las primeras informaciones que llegaban desde los Villares, sentí una extremada curiosidad por dicho evento, al saber que junto a la existencia de huellas dejadas en el terreno por el supuesto OVNI, había aparecido una extraña piedra con unos no menos enigmáticos grabados, que los tripulantes del "artefacto" entregaron al estupefacto testigo. Fruto de ese interés realice numerosos viajes a tierras de Jaén, para aproximarme al misterio que comenzaba a forjarse en un pequeño pueblo de nuestra comunidad andaluza. Tuve la inmensa fortuna de compartir experiencias y tertulias con la mayoría de los encuestadores mas importantes que acudieron a investigar a los Villares. En mi primera visita al lugar, lo hice en la grata compañía de Antonio Salinas, Antonio Framit y Francisco Barrera y otros compañeros de la SIB (Sociedad de Investigaciones Biofísicas de Granada) que me informaron puntualmente de todos los antecedentes del caso. Intercambié impresiones con los amigos Lorenzo Fernández e Iker Jiménez, que destaparon todo el asunto en un impresionante reportaje sobre el aterrizaje. Recuerdo los interminables coloquios con el incansable viajero Juan Jesús Haro Vallejo que consiguió importantes pistas que han llevado a poder interpretar parte de los grabados contenidos en la piedra. Y por supuesto, he contado con la inestimable colaboración de Juan José Benítez, escritor, reportero e investigador, buen amigo y quizás el mayor entendido en la cuestión de los Villares, que entre otras muchas amabilidades hacia un servidor me permitió acceder a sus archivos sobre el caso, así como el privilegio de poder estudiar, durante varios días, el "lucerillo" (así denominó el testigo a la roca con grabados), que generosamente depositó en mis pecadoras manos...
Todos estos contactos, unido a mis propias pesquisas me permitieron un hecho fundamental tener una visión global del incidente. Al poseer la mayoría de los datos que circulaban sobre el aterrizaje de los Villares en mis archivos pude afrontar el reto de efectuar un análisis pormenorizado del mismo. Fruto de ello, es el trabajo que presento a continuación... y que espero sirva para aportar algo de luz a este increíble episodio digno de figurar en un film de ciencia ficción. Muchas de las fotografías que acompañanan al texto son inéditas, siendo la primera vez que ven la luz... Sorpresa al mediodía : Los Villares era un tranquilo pueblo de Jaén donde nunca ocurría nada especial, o al menos eso creía todo el mundo. Pero la cosa iba a cambiar radicalmente, aquel caluroso 16 de julio de 1996, sobre todo, iba a ser una autentica metamorfosis para nuestro apacible protagonista. Dionisio Avila jubilado de 66 años, había salido de su casa alrededor de las 11:30 de la mañana para dar su acostumbrado paseo por los montes cercanos a su domicilio en compañía de su inseparable perrita Linda. Dionisio siempre hacia la misma ruta. Se adentraba por unos senderos que conocía a la perfección, para llegar hasta un pequeño llano, donde había una encina, en la cual se sentaba normalmente al fresco. El reloj marcaba las 12:00 de la mañana, todo parecía normal. Antes de llegar a la citada explanada, observó que su perra Linda se había detenido en el camino. Sentada sobre sus patas traseras la perra no obedecía a la llamada de su dueño. Extrañado por su comportamiento, Dionisio se acerco a su fiel compañera y observó que abrazado a su cuello tenía un collar "trasparente", como de plástico, en el que había un pequeño cristalito parecido según el testigo a un diamante. El collar era de una sola pieza, y éste atravesaba el cristal a través de un pequeño orificio. La perra parecía atemorizada y era incapaz de moverse, por lo que Dionisio decidió quitarle aquella singular "cadena", de la única manera que podía hacerlo, cortandolo. En cuanto la perra se vio libre del collar recuperó la movilidad y comenzó a correr. En ese instante, Dionisio Avila, se percata que en el llano que tiene ante él, hay un extraño objeto que nunca antes había visto. Guardandose el collar en el bolsillo, se acerca al objeto metálico, que tenía una forma parecida a una campana achatada. En un primer momento, el testigo cree que se trata de algún tipo de artefacto de ICONA por lo que decide verlo tranquilamente con mas detalle acercandose. El objeto era de un color gris claro muy brillante, y medía aproximadamente unos 3 metros de diámetro por 1´5 metros de altura. Poseía 4 ventanillas oscuras, a forma de ojo de buey, a su alrededor .Dionisio da una vuelta alrededor del objeto y su vista le alcanza a ver por encima del artefacto. Las ventanas de cristal negro por el contrario le impedían ver su interior. En su exterior un poco por debajo de la altura de las ventanas, observa unos extraños símbolos que sobresalen de la superficie totalmente lisa del , se trata de tres signos simples IOI. Nuestro testigo fija la vista en la parte inferior del objeto y comprueba que éste se sostiene sobre cuatro pequeñas patas de unos 20 cm de altura, que dejaron unas huellas de unos 9´5 cm de diámetro por 1´5 cm de profundidad, formando un perfecto cuadrado de 100 cm de lado. Dionisio también observa que en la base posee unas pequeñas luces colocadas en su periferia alternando los colores rojo y blanco.Un detalle que no puede aseverar Dionisio, es que creyó ver unos finos cables, como telas de araña, que unían al artefacto con una torreta de alta tensión próxima al lugar de la aparición del objeto. El testigo pudo percibir un olor a gasóleo y un suave zumbido, parecido al producido por una bombona de gas. De pronto, mientras gira alrededor del artefacto, cuando dudaba si tocar o no aquella "cosa", Dionisio se encuentra, cara a cara, con tres individuos no menos extraños que aquel "chisme" que acababa de descubrir. Parecen haber surgido de la nada. Los tres humanoides estaban enfundados en unos ajustados monos del mismo color del objeto, que les cubría por completo el cuerpo exceptuando el rostro y las manos, de largos y finos dedos. Los "monos" eran tan ajustados, que los seres parecían estar desnudos, no tenían costuras, ni cremalleras y eran de una sola pieza. Por la forma del cuerpo, que se adivinaba claramente, dedujo que eran dos mujeres y un hombre de apariencia totalmente humana. Los tres seres poseían rasgos asiáticos, de tez clara y eran muy bellos, destacando sobre todo los ojos rasgados. Medirían alrededor del metro setenta y las dos mujeres se hallaban por delante del hombre. Dionisio supuso que habían salido del objeto, aunque no llego a ver puertas ni nada que indicara la presencia de una abertura en la campana, y que eran científicos de algún tipo relacionados con aquel endiablado chisme. Sin mediar palabra, una de la dos mujeres alzo las manos mostrandoles las palmas, mientras que su compañera que se hallaba un poco mas atrás señalaba con la mano derecha a nuestro sorprendido testigo. El único hombre del grupo se giró a un lado, como para inclinarse, y pareció desaparecer durante unos instantes. Entonces, en esos preciados momentos, sin que Dionisio sepa a ciencia cierta de donde provino, un pequeño, pero potente, haz de luz surgió hacia él y dejó tras una momentánea luminosidad varias piedras (7 según algunas fuentes) a sus pies. Cuando nuestro testigo levantó la vista ni el objeto ni sus tres acompañantes se hallaban en el lugar. Simplemente se habían esfumado misteriosamente. Y allí atónito y fascinado nuestro testigo recogió varias piedras. Sobre el conjunto destacaban dos. Una denominada por Dionisio como el "lucerillo"; guijarro esférico muy pesado, de unos 4 centímetros aproximados de diámetro, cubierto de signos grabados, y otra en forma de cúpula achatada, cuyo interior parecía de otro material mas duro que el exterior, que al parecer según palabras del propio testigo estuvo al menos 4 meses caliente (sic). Respecto al misterioso collar que portaba Linda, Dionisio trató de separar el plástico del cristalito con la ayuda de un mechero, y tras aplicarle la llama al collar, éste se esfumo por completo en un denso humo. En el terreno era notorio una huella circular de aproximadamente tres metros de diámetro que a medida que iba transcurriendo el tiempo desecó el lugar y nunca volvió a crecer hierba en el lugar. No fueron al parecer las únicas secuelas del avistamiento. El propio testigo afirma que se restableció de unas dolencias físicas y que sintió una mejora general de su salud, después de su furtivo encuentro... Los primeros en dar la noticia fueron los reporteros Iker Jiménez y Lorenzo Fernández, que dieron cumplida cuenta del incidente en las paginas de la revista especializada Enigmas, en un fantástico articulo denominado "Aterrizaje de un OVNI con tres tripulantes". Posteriormente el escritor e investigador Juan José Benítez realizó una exhaustiva investigación de lo acontecido en los Villares, publicando parte de sus resultados en el libro Ricky B. lo que elevó la notoriedad del suceso hasta límites insospechados en nuestro país. Sin embargo las sorpresas no acababan ahí... Ni mucho menos... Nuevo aterrizaje : Una repentina llamada de teléfono a Juanjo Benítez, por parte de un asustado Dionisio Avila, iniciaron las pesquisas de un nuevo aterrizaje OVNI en la zona de los Villares. Dos años después del primer encuentro, el 25 de abril de 1998, Dionisio se encontraba paseando por la zona cercana a su domicilio conocida como la Cañada de la Tienda, cuando sobre las 12:00 de la mañana, observó una enorme bengala luminosa (o eso creyó en un principio) que cruzaba el cielo por encima del campo de futbol y del cementerio.Está cayó en parábola muy cerca de donde se ubicaba nuestro testigo, junto a una higuera que había al lado del camino. Dionisio observó una extensa humareda proveniente del árbol, y en vez de seguir la vereda natural, que le llevaría justo al lugar del "incendio", decidió enfilar una pequeña loma que le permitiría ver la escena desde una posición mas elevada. Su sorpresa fue mayúscula al comprobar que no se trataba de una bengala si no del mismo objeto que viera años atrás. Sin esperar ni un momento, Dionisio emprendió la huida, evitando así, pensaba, encontrarse con los supuestos tripulantes. El OVNI dejó una zona de hierba aplastada, de unos diez centímetros de ancho, de un color amarillento (producido por una resecación) de unos dos metros de diámetro. Los análisis de laboratorio indicaron que se debió a una importante deshidratación. También había una piedra de 15 cm de larga por 6 cm de ancha, partida en dos trozos, efecto quizás del peso del artefacto sobre ella. Así mismo se aprecio notables secuelas en los arboles colindantes, estudios científicos que realizó Juanjo Benítez, destacaron sobre todo una repentina y brusca congelación en algunas de las ramas más próxima al OVNI, las restantes estaban intactas.Sin lugar a dudas aquel rastro enigmático y la aparición de las piedras permitían a los investigadores evaluar pruebas físicas en los avistamientos de los Villares... Prólogo de unos increíbles acontecimientos Una de mis sorpresas al ir profundizando en la investigación, fue conocer que tiempo atrás, Dionisio Avila, había tenido un furtivo encuentro con un OVNI al que no dio la mayor importancia. Sucedió a finales de los años setenta, cuando nuestro protagonista trabajaba en una finca cercana a los Villares, que se erigía en la cima de una loma. Todas las mañanas se dirigía al citado lugar en su motocicleta, y en una ocasión sobre las 10:00 horas, cuando se hallaba en plena ascensión de la cuesta comprobó como su motocicleta se quedaba sin fuerzas para enfilar una pendiente que nunca antes le había dado problemas. Una vez arriba, tras mucho esfuerzo, y tras aparcar al lado de un árbol, un enorme resplandor proveniente del cielo llamó su atención. Según Dionisio era un enorme "reflector circular" que impedía con su enorme luminosidad mirarlo directamente, cosa que logró hacer a través de las ramas del arbusto. En breves momentos la luz desapareció súbitamente en completo silencio. Nunca halló explicación a tan extraño fenómeno. Los OVNIs volvieron a hacer acto de presencia en la zona, antes de los conocidos aterrizajes de 1996-1998, cuando un matrimonio madrileño me relató la experiencia que vivieron en la década de los ochenta. Ambos observaron un objeto luminoso multicolor sobre los montes que se hallan entre los Villares y Jaén. La insólita luz parecía estar estacionada en algún lugar de la montaña. De pronto el OVNI salio disparado hacia el cielo a gran velocidad. Es obvio que los No Identificados habían tenido su pequeño protagonismo en los Villares años antes del incidente de Dionisio, pero veamos algunos aspectos menos conocidos del caso que nos ocupa. El misterio de las piedras grabadas: Otro detalle, poco divulgado, pero extremadamente desconcertante e irritante que se ha dado en los Villares, es el posterior descubrimiento en la zona de los supuestos aterrizajes OVNIs de unas misteriosas piedras grabadas semienterradas. Esto ocurría en un lugar reseco, con poca vegetación que se hallaba en una ladera que se encuentra, aproximadamente, entre ambos puntos de aterrizaje. La primera vez que pise los Villares, el 23 de agosto de 1998, lo hice en compañía de varios integrantes de la SIB. Uno de nuestros objetivos era dirigirnos a la zona de los hallazgos con la esperanza de poder encontrar una de las piedras con inscripciones. El investigador granadino José Antonio Martín me informó de un detalle bastante interesante durante nuestra caminata. Semanas antes de nuestra visita, estuvieron en el lugar en compañía de una geóloga de la Universidad de Granada, con la intención de obtener alguna piedra, si embargo tras horas de intensa búsqueda no hallaron nada. No obstante aquella mañana la providencia nos guardaba algunas sorpresas.Sobre las 11:45 horas, cuando llevábamos poco tiempo en el lugar, a penas un cuarto de hora, Martín halló una de las citadas rocas. Personalmente procedí a la extracción de la piedra, comprobando in situ la dificultad que entrañaba dicha operación al encontrarse la roca perfectamente adherida al terreno, lo que descartaba (en un primer momento) que hubiera sido depositada allí en fechas recientes. Exteriormente solo era visible una pequeña porción de la misma que presentaba una perfecta redondez. Una vez extraída la piedra, de unos 3 cm de diámetro, comprobamos que poseía varias inscripciones que básicamente podían interpretarse como IOI, símbolos aparecidos en otras piedras descubiertas en torno al suceso de los Villares. Según la información que pude recopilar, en el transcurso de aquella prolífera jornada, en la misma zona donde nos hallábamos, habían surgido, con cierta regularidad, éste tipo de pequeños guijarros esféricos bastante pesados y que, sólo, algunos de ellos presentaban extraños símbolos en su periferia, acompañados, eso si, de una extraña patina parecida a la cera. Algunas de ellas las remití para su análisis, a unos laboratorios andaluces, y en su respuesta me indicaban que se trataban de nódulos de baritina sedimentaría, compuesta por baritina y en menor medida por carbonato cálcico, composición también del "lucerillo". Otras de la piedras, que supuestamente aparecieron junto al "lucerillo" y que obran en mi archivo, fue sometida a análisis y el resultado tampoco dio ninguna sorpresa, se trataba de oxido de hierro, calcita y cuarzo.Curiosamente todas las piedras semienterradas suelen aparecer en una parte de terreno que existe antes del segundo aterrizaje OVNI, bocabajo y ocultando sus inscripciones. Son difíciles de localizar por su reducido tamaño, normalmente no superan los tres centímetros de diámetro, y los símbolos mas comunes que presentan son los archiconocidos IOI, aunque muchas de ellas aparecen sin rayado alguno. En mi archivo poseo varias de estas piedras obtenidas en mis numerosas visitas a los Villares, la mas grande posee un diámetro de 6 cm aproximadamente y las mas pequeña algo mas de 1cm. Una de ellas posee unas ligeras inscripciones realizadas con un objeto muy afilado, como arañando levemente la superficie de la roca. Lo sorprendente es que las piedras se hallan perfectamente integradas al terreno, adheridas a la tierra que la rodea y aprisiona, dando la impresión de llevar largo tiempo enterradas, y en mas de una ocasión he tenido que utilizar herramientas para extraerlas. Otro misterio es que tras revisar la zona de los hallazgos, que no es demasiado extensa, es frecuente que puedan aparecer piedras en algunas ocasiones y en otras no. Todos estos hechos ocurrieron al poco tiempo de los aterrizajes, pero al margen de éste fenómeno, algunos vecinos de los Villares, con los que he tenido la oportunidad de hablar, también han podido adquirir otro tipo de piedras, no enterradas, aunque de características similares, pero sospechosamente con renovados y pintorescos símbolos. El propio Dionisio ha acopiado un gran cantidad de estas piedras que indudablemente nada tienen de especial o extraordinario, aunque sin duda su talla es laboriosa y muchas de ellas son pequeñas "obras" de arte. Precisamente, las rocas mas elaboradas y repletas de dibujos que han "florecido" en la zona, depositadas sobre la tierra, como dejadas por una "mano" invisible en el lugar, son las que casi todos los investigadores implicados en la investigación del caso consideramos falsas. Destacaría entre las mas de 200 que han irrumpido en escena un conjunto que se asemeja por su aspecto a un "escudo heráldico" que está compuesto por un total de 104 piedras grabadas, algunas de un tamaño diminuto de apenas unos pocos centímetros de diámetro, que juntas forman un dibujo de cruces y espadas. Y el denominado "juego de pesas", un espectacular grupo de 5 piedras, cuyo peso es de mayor a menor: 1 kg, 500 g, 250 g, 150 g y 50 g, casi exactos. Por si fuera poco, una de ellas presenta un "platillo volador" en alto relieve sobre un variado muestrario de símbolos de innegable belleza y extremada dificultad de trabajo. Aunque curiosamente, hay que destacar, que de los cientos de piedras grabadas aparecidas después del lucerillo, con mas de 500 símbolos esculpidos, ninguno de ellos, exceptuando un par de signos, se asemejan a los grabados inscritos en el lucerillo. De hecho ya hay pruebas fehacientes de que se ha querido agrandar y enriquecer "el mito" de los aterrizajes OVNIs en los Villares, con la talla indiscriminada de centenares de piedras cinceladas con los mas variados y pintorescos motivos, que sin lugar a dudas han sido fabricados por la mano del hombre. Personalmente, durante mis largas pesquisas en el lugar, he hallado pequeños escondrijos en el monte, ocultando piedras en diferentes estados de elaboración. Sobre el hallazgo de las primeras rocas, que aparecían semienterradas, aun tengo mis razonables dudas, y de hecho, como apunte anteriormente, ya no suelen encontrarse. Sin duda todo éste paradigma, representa una ecuación de muy difícil solución. Aunque el caso iba a dar un espectacular vuelco, de repercusiones inimaginables, cuando un investigador encontró la clave para traducir los símbolos del lucerillo, cosa que hasta la fecha parecía imposible... El mensaje de la piedra: Desde Jaén hasta Orión pasando por Argelia El periodista, escritor y viajero Juan Jesús Haro Vallejo, fue el primero que logró interpretar los extraños grabados del "lucerillo", o al menos, en señalar la evidente semejanza que tenían con los caracteres del alfabeto Tuareg, utilizados por los nómadas del desierto al sur de Argelia. Así me lo hizo saber durante una reunión que mantuvimos en Cádiz a principios del año 1998. La interpretación de los mismos pueden ser amplios, ya que el Tifinagh la escritura de los bereberes, esta en desuso y los diccionarios existentes solo son aproximaciones al lenguaje original que se pudo utilizar hace miles de años en aquella apartada región del planeta, probable cuna de algunas de las mas importantes civilizaciones de la antigüedad.De los 15 símbolos que componen el "lucerillo", doce de ellos tienen su correspondiente valencia o traducción al bereber, un idioma que no contenía vocales. No obstante al contener la piedra de los Villares un grabado que podía interpretarse como A I A (en realidad es solo 1 grabado con las 3 letras), nos daría un interesante margen de juego. Por lo que la traducción que realizó el propio Vallejo arrojó un resultado inesperado. Con algunos de los símbolos contenido en el "lucerillo" Juan Jesús logró obtener las palabras; "ellos" , "rat" y no se decantaba entre los significados de un mismo grupo de signos que podían interpretarse como "planeta" o "amuleto". "El arqueólogo español Francisco Carrión -escribiría posteriormente Vallejo- me dijo que a lo único que se parece la piedra es a un amuleto Tuareg . La segunda correspondencia es mas clara: nsin, cuyo significado es "de ellos" (IOI). El problema se planteó con la tercera: rat. No daba con su significado hasta que un día, ojeando unos textos bereberes, pude leer que Rat es un monte sagrado para estas tribus. Se encuentra justo a las afueras de las ciudad marroquí de Fez, y allí acudían los clanes norteafricanos, pues pensaban que en él vivían los Djin -seres diabólicos de aspecto grotesco y actitud agresiva recogidos en los suras del Coran-. Subían a la cima para dejar sus ofrendas y amuletos". En su tradición, los Tuareg hablan de una caja repleta de amuletos, que fueron traídas a nuestro planeta por seres provenientes de Orión. Pero ¿que sabemos de la misteriosa escritura de los bereberes?.Según los historiadores, el lenguaje se realizaba sobre la arena, un medio perecedero, según indicaban sus costumbres, solo en salvadas ocasiones se realizaban sobre piedra... una de estas exclusiones era para elaborar un amuleto... Los Tuareg a los que Juanjo Benítez enseño el lucerillo durante un periplo por las aridas regiones del desierto de Argelia siguiendo la pista emprendida en los Villares, le dijeron que "aquello" era algún tipo de amuleto. El Gran Dios Marciano habló... No podemos olvidar que en Tassili se halla uno de los conjuntos de pinturas rupestres mas impresionantes del mundo. Su datación sigue siendo un quebradero de cabeza para los especialistas, aunque oficialmente, las mas remotas se elevan a unos 10.000 años de antigüedad. Sus creadores, los antepasados de los Tuareg dejaron un bello testimonio artístico de su entorno, que aun no se había trasformado en un inhóspito desierto. Junto a la fiel representación de animales y escenas de cazas, existen otros "retratos" que nos muestran "seres" y "objetos" inquietantes...Un gigantesco mural nos ofrece una imponente pintura de mas de 6 metros de altura, donde se observa un humanoide, que "parece" vestir un traje espacial con una especie de escafandra en la cabeza... de hecho, su descubridor Henry Lhote, lo bautizó por su aspecto como el Gran Dios Marciano. En otros abrigos de Tassili existen decenas de ejemplos similares... seres que aparentan flotar en el cielo, provistos de antenas, escafandras y junto a ellos, extraños vehículos voladores... Los investigadores españoles Rafael Brancas, Jorge Blaschke y Julio Marínez, que realizaron una expedición a Tassili en el lejano 1978, lograron descubrir un calco asombroso. Un ser con escafandra, unido con un "cordón umbilical" a un aparato circular que parece resplandecer, conduce a su interior a 4 mujeres, ¿representación de la primera abducción de la historia?. Mas recientemente el investigador Juan José Benítez acudió a Argelia y pudo retratar sobre el terreno cientos de pinturas, muchas de las cuales, contenían representaciones de objetos similares a nuestros OVNIs... Pero sin embargo, uno de los hallazgos mas extraordinarios relacionados con el lenguaje bereber, fue efectuado por el reportero Iker Jiménez en el interior de las dependencias del Museo del Hombre en Paris en 2001. Acompañado de Pierre Colombel director del departamento de Prehistoria, el periodista español consiguió ver los calcos originales realizados por Henry Lhote en 1956 en el desierto de Tassili durante su mítica expedición (las pinturas se descubrieron en 1933). En dichos dibujos junto a las imágenes de animales, hombres y "diablos"ya conocidos, Iker se quedo mudo al observar que habían símbolos y caracteres, que indicaban claramente la existencia de algún tipo de escritura. El propio Colombel le confirmó a Iker Jiménez que un equipo de lingüistas trataba de traducir aquella asombrosa y desconocida grafía. En los calcos se apreciaban signos, que parecían haber inspirado al "creador" de los grabados en el "lucerillo". El problema de la cuestión es que, oficialmente, la utilización y desarrollo gráfico del lenguaje aparece hacia el 3000 AC. en la denominada escritura cuneiforme en Sumeria. Y los calcos obtenidos por Lhote y su equipo, tienen, al menos, mas de 6.000 años de antigüedad... lo que llevaría a replantearnos la existencia de una compleja civilización en el África prehistórico... Precisamente en una de las reproducciones fotografiadas por Iker Jiménez en la capital de Francia, se observaba diáfanamente la escritura bereber. La traducción de los símbolos corrió a cargo, de nuevo, del investigador Juan Jesús Haro Vallejo. El texto decía lo siguiente: "Tu miedo Orión, tu enseñas a preveer", "quienes continúan se les da el nombre de madre. Miedo piensan irse". De nuevo referencias a la constelación de Orión en una cultura que le prestaba gran interés ¿acaso llegaron seres provenientes de aquella lejana estrella y les enseñaron, entre otras cosas, la escritura a los pobladores de la región ?, ¿Dioses instructores?, ¿creadores de la civilización?... Preguntas interesantes que hunden su raíz en un paradigmático encuentro OVNI ocurrido al amparo de los olivos de Jaén... ¿como es posible que un simple avistamiento haya tenido estas repercusiones?... Quizás el mensaje mas importante del "lucerillo" no sea un criptograma conteniendo la solución al escurridizo Fenómeno OVNI, si no que probablemente, esa pequeña roca, solo sea el "envoltorio" para un eficaz toque de atención, para que fijáramos nuestra vista en un incomprensible episodio de nuestro pasado remoto. Sobre todo, para que buceáramos en la historia en busca de, quizás, la primera escritura utilizada por la humanidad que dormía el sueño de los justos. Y tampoco parece casual que se encuentre junto a las maravillosas y enigmáticas pinturas de Tasilli. Para que no pasemos por alto lo que pudo acontecer en aquella apartada región del planeta, cuando era un autentico vergel de vida, sirviendo como inspirador y generador de varias de nuestras civilizaciones mas importantes. ¿Puede un simple avistamiento OVNI en un pequeño pueblo llevarnos a elucubrar todas estas hipótesis?... Quizás ese sea el verdadero y primordial mensaje que contiene los grabados del "lucerillo"... Y en una de mis ultimas pesquisas sobre la famosa piedra, utilizando un método tridimensional de lectura, he hallado el penúltimo toque de atención hacia otro asunto fascinante que no debemos olvidar en esta investigación de antiguos enigmas históricos. La piedra contiene una significativa palabra, AMANAR... que no es ni mas no menos que nuestro "desconocido" ORIÓN


















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