El radar detecta un objeto de tamaño considerable, en vuelo sostenido
desde Río Gallegos y hacia el norte. Por medio del aparato no se puede
determinar su origen. Pero avanza sin detenerse. Hay azoramiento e
inquietud. Sin embargo, la decisión es rápida y contundente. Dos aviones
Mirage despegan desde la base en Tandil para interceptar al objeto… y
descubren que se trata de un globo para investigaciones metereológicas,
lanzado en Australia y que apareció en espacio aéreo argentino.
Palabras
más, palabras menos, el relato corresponde al comodoro Jorge Tealdi,
encargado de prensa de la Fuerza Aérea Argentina que, a fines de 2010,
decidió crear una comisión para investigar fenómenos celestes que
surquen en el cielo patrio.
El episodio que recordó se dio hace
varios años atrás, pero sirve para explicar los objetivos de esta nueva
comisión. Había algo extraño en el aire, un objeto desconocido, y por
medio de una acción concreta pudo establecerse de que se trataba.
“La
principal misión de la Fuerza Aérea es custodiar el espacio aéreo
argentino y admitimos que en nuestro cielo hay casos de objetos o
fenómenos que no se pueden explicar. No significa que se trate
necesariamente de naves extraterrestres, pero sí puede decirse que son
objetos voladores no identificados”, explicó Tealdi, cordobés nacido en
Morteros, en diálogo con el diario de cordoba.
La nueva comisión ya
cuenta con la autorización del Ministerio de Defensa, funcionará en el
Edificio Cóndor y se denominará Comisión de Estudios de Fenómenos
Aeroespaciales o Celestes.
Sus integrantes todavía no fueron
designados, pero incluirá a especialistas en diversas disciplinas como
meteorólogos, controladores aéreos, pilotos y expertos en radares.
También convocarán a colaboradores, por ejemplo ufólogos, todos bajo
las órdenes de personal militar.
“Es la primera vez que la Fuerza
Aérea da un paso así. A partir de los mensajes de la gente sobre
avistamientos, vamos a crear una estadística oficial para formar un
mapa de avistajes y saber dónde tenemos que estar atentos. La idea es
que la página oficial de la Fuerza Aérea tenga un link con los reportes
y fotos que podamos recibir, y que además brinde noticias sobre las
investigaciones”, detalló Tealdi.
Si bien la intención es
receptar toda la información posible, aclaró que “no es lo mismo el
testimonio de un grupo de chicos de excursión en el Uritorco, que el de
un piloto adiestrado y volando un avión con instrumentos”.
Y
completó: “Lo digo con todo respeto, porque sabemos que la expectativa
es grande. Muchas personas nos hacen llegar sus inquietudes, fotos,
videos, y quieren despejar dudas de inmediato. No estamos en
condiciones de dar respuestas rápidas, pero sí podemos decir que la
decisión de investigar está tomada”.
Seguridad aérea. En
junio del año pasado, un aeropuerto chino interrumpió sus actividades y
canceló vuelos durante tres horas por la aparición de un objeto volador
desconocido. Hasta ahora no se sabe qué era.
Al respecto, el
comodoro Tealdi remarcó: “En la historia de la aviación argentina nunca
hubo un fenómeno celeste que afectara la seguridad aérea. Con la
creación de esta comisión investigadora, la prioridad será atender los
casos que puedan atentar contra esa seguridad, por encima de cualquier
anomalía en el cielo”.
En la región, Brasil y Uruguay ya pusieron
en funciones comisiones de este tipo y en Sudamérica sólo Perú y
Argentina no abrieron sus archivos sobre fenómenos relacionados con
ovnis.
“No tenemos nada para ocultar y no me consta que haya
información clasificada o secreta. Repito, esta inquietud es justamente
para crear una estadística oficial y no sólo para satisfacer la
curiosidad en general, sino también porque nuestra obligación es cuidar
el espacio aéreo”, subrayó el funcionario castrense.
En cuanto
al protocolo que deben seguir los pilotos de la fuerza en caso de un
avistamiento, Tealdi explicó que se sigue un “procedimiento
tradicional, avisando a las autoridades”.
En el caso de Brasil,
su Fuerza Aérea publicó una nueva reglamentación para los pilotos en el
supuesto de que tengan un “encuentro cercano”.
Respecto de las expectativas en el nuevo emprendimiento, Tealdi mostró entusiasmo y a la vez prudencia.
“No
podemos descartar nada ni guiarnos por preconceptos. Sabemos que vamos
a encontrarnos con todo tipo de información. Desde fenómenos que son
naturales, como la refracción de luces y el rebote en las nubes, hasta
chatarra espacial con satélites en desuso. Y sin contar las bromas por
las fotos trucadas o videos con montajes. Hay de todo. Yo miro todo el
día el cielo y nunca vi nada, y aún así estoy convencido de que dimos un
paso importante”, señaló.
Piratas informáticos, piratas del aire
El
jueves 20 de enero de 2011, la página web de la Fuerza Aérea argentina
fue “hackeada” por desconocidos, quienes reemplazaron los contenidos
originales por un mensaje con el que denunciaron el ocultamiento de la
caída de un ovni en la localidad mendocina de Papagayos, en enero de
1985.
El mensaje acusa a la fuerza de “mentir y ocultar” la caída
de objetos no identificados en el país, además de colaborar con la
USAF (United States Air Force) y de promover la desinformación sobre el
fenómeno ovni.
Según la denuncia, “una nave en forma de cigarro”
cayó en la zona del dique Papagayos, a unos 15 kilómetros de la
capital cuyana.
Además, en el texto se refieren a que el
incidente se produjo el mismo día en que la región sufrió un terremoto,
el cual tuvo una intensidad de siete grados en la escala de Mercali,
ocasionando seis muertos y un centenar de heridos.
También se
menciona la participación de la empresa Pescarmona, que habría
colaborado con maquinarias para extraer los restos de una supuesta nave y
se nombra a los gendarmes Sergio Montuelle Pérez y Jorge Alaniz
Menéndez.
“Su sistema es vulnerable. Sabían qué pasó el 26 de
enero de 1985 exactamente? Mediante una investigación que se llevo a
cabo con gente de la zona y demás... dijeron VER ALGO (...) Lo peor de
todo es que hay un video de este accidente. Dejen de mentir y ocultar”,
dice parte del mensaje introducido por el hacker.
“Esperamos que
ese proyecto en el cual están trabajando, para tratar temas de ovnis
en Argentina, no termine siendo como el resto, donde ocultan todo tipo
de información, y sobre todo, entrenan desinformantes”, concluye el
texto en alusión a la comisión investigadora creada recientemente por
la Fuerza Aérea.
La experiencia uruguaya incluye persecuciones
Comisión
Receptora de Denuncias de Objetos Voladores no Identificados
(Cridovni). Así se denomina la dirección dependiente de la Fuerza Aérea
Uruguaya que es el principal organismo del continente y que funciona
desde 1979.
Está integrada por siete miembros permanentes, seis
eventuales y colaboradores en todo el país. Además, mantiene relación
con grupos extranjeros de investigación, oficiales e independientes.
“Tenemos
un prontuario con más de 1.200 casos investigados y estamos arriba de
las 2 mil denuncias sólo en Uruguay. Pero esto es relativo a la
densidad demográfica, por lo que Argentina debe tener diez veces más y
Brasil, 100 veces más”, detalló el coronel Ariel Sánchez Ríos,
presidente de la Cridovni, en diálogo con el diario Tiempo Argentino.
El caso más espectacular al que hizo mención es el de la “cacería” de ovnis.
“Tenemos
registros de aviones Pucará que han perseguido objetos en vuelo y
percibieron el cambio de coloración que producen al acelerar. En el
análisis de huellas que hicimos junto a la Dirección Nacional de
Meteorología, comprobamos que la interacción de las naves con el terreno
dio como resultado un desgaste de compuestos químicos como fósforo,
zinc y manganeso, absorbiéndolos. Esto nos dio la teoría de que estos
móviles tienen algún tipo de alimentación con esos compuestos que les
permite la fosforescencia, junto a otros fenómenos que manifiestan”,
aventuró el militar del vecino país.
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