Vickie Landrum, su nieto Colby Landrum y su amiga Betty Cash, se dirigían a últimas horas de la tarde hacia Dayton, Texas, cuando observaron un enorme objeto resplandeciente que descendía sobre el camino frente a ellos, a la altura de la copa de los árboles.
Los testigos se sintieron atemorizados pero de todos modos bajaron del coche para ver lo que pasaba, aunque el joven Colby les pidió que regresaran, lo que acabaron haciendo. Betty Cash permaneció fuera del coche un poco más. El ovni no se distinguía muy claramente, aunque se podía apreciar su forma de diamante y las largas llamaradas que salían de debajo.Es interesante señalar que los testigos identificaron también unos veinticuatro helicópteros Chinook de doble hélice que escoltaban al ovni a cierta distancia. Siguieron su camino en coche y llegaron a casa menos de una hora después del encuentro. Pero las secuelas fueron muy desagradables.Vickie Landrum sufrió una caída de cabello temporal y tuvo los ojos hinchados durante un tiempo. Colby parece haber experimentado los mismos efectos.
Betty Cash, que fue quien pasó mayor tiempo fuera del coche, sufrió vómitos y diarreas, visión alterada, diversos dolores en el cuerpo y ampollas en el cuero cabelludo. También se le cayó el pelo y desarrolló un cáncer de mama que requirió una mastectomía.Es evidente que los tres testigos fueron sometidos a algún tipo de radiación y, lo que es más alarmante, la presencia de los helicópteros militares sugiere que el ovni -al menos en esta ocasión- era terrestre: alguna forma de fuente nuclear no hermética que se transportaba por los cielos de Texas Aunque se hubiera tratado de los restos de una nave extraterrestre, en el momento del encuentro estaba en manos terrestres.Considerando que el objeto era un dispositivo militar, las dos personas adultas entablaron una demanda al gobierno de los Estados Unidos por valor de 20 millones de dólares, pero el caso fue rechazado en virtud de que las autoridades oficiales declararon no poseer un objeto similar. Oficiales superiores de las Fuerzas Aéreas, el ejército, la marina y las instituciones civiles aeronáuticas, aseguraron categóricamente que el objeto no había sido fabricado por ellos ni les pertenecía.El desenlace de este caso todavía no se ha producido, pues el gobierno americano parece enfrentarse con una seria alternativa: si el objeto era americano el juicio debe llevarse a cabo y es posible que rueden muchas cabezas. La otra opción es que el objeto no haya sido americano. Terrestre o extraterrestre, significa que fuerzas no americanas transportaban esa noche una fuente nuclear no hermética sobre Texas que, al no haber sido identificada, debe ser considerada un ovni. De elegir esta alternativa, el gobierno americano no podrá nunca más declarar -como lo hizo a menudo en el pasado- que los ovnis no son significativos en relación con el tema de la seguridad nacional. Pero sólo el tiempo dirá qué alternativa eligen las autoridades.
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