Se yerguen en los campos de Europa como gastados monumentos olvidados. Viejos y toscos, como vencidos por el tiempo, pero grandiosos y sobrecogedores en su magnitud y en su permanencia.
¿Quiénes construyeron los monumentos megalíticos? ¿En qué remota época de la Humanidad los erigieron? ¿Y para qué? ¿Son monumentos funerarios, antiguos templos de cultos olvidados, complejos observatorios solares y astrales, misteriosos templos iniciáticos de antiguas civilizaciones…?.
Aquellos que creen saberlo todo sobre estos enigmáticos monumentos, realmente pueden probar muy pocas de sus afirmaciones. Por eso continúan siendo un misterio, una fuente de preguntas sin respuesta… o de muchas respuestas posibles.
Las más antiguas fuentes históricas los atribuyen a los celtas, aunque la Arqueología demuestra fácilmente que son muy anteriores a la formación de la cultura celta. Las fuentes míticas lo indican así también: los celtas sólo "reutilizaron" los monumentos que pueblos más antiguos habían construido.
Es obligada la cita del emperador griego Diodoro de Sicilia, nacido en Agyrium (Agira, Sicilia), contemporáneo de César y de Augusto: "…Más allá de la Céltica, en un oceáno, hay una isla que no es menos grande que Sicilia. Esta isla, situada al Norte, está habitada por los hiperbóreos, llamados así porque viven más allá del punto desde el que sopla Bóreas (los Alpes)… Los insulares veneran particularmente a Apolo… En esta isla también se ve un vasto recinto dedicado a Apolo, así como un magnífico templo de forma redonda y ornado con numerosas ofrendas… Apolo pasa para bajar a esta isla cada diecinueve años. Es también a finales de este período cuando los astros están, después de su revolución, de regreso en su punto de partida…".
La isla a la que se refiere el relato es Gran Bretaña, y el templo circular dedicado a Apolo se interpreta que es el cromlech de Stonehenge. También resulta apasionante la narración de Geoffrey de Monmouth (1110-1154), que en su Historia Regum Britanniae, inspirada en antiguas leyendas célticas, narraba cómo Merlín el Mago, a instancias de Aurelio Ambrosio, que le pidió que levantara un monumento imperecedero para commemorar la muerte a traición del anterior rey celta Vortigern, le dijo:
"Ve a buscar El Baile de los Gigantes, que está en Killarus (Kildare), una montaña de Irlanda; son grandes piedras que poseen cualidades maravillosas. Si pudiesen ser colocadas aquí, en círculo sobre este terreno (alrededores de Amesbury), permanecerán eternamente".
Para mover las piedras, tuvo que intervenir el propio Merlín, que las levantó mágicamente y facilitó su transporte a Inglaterra. En el lugar elegido se alzaron otra vez, según la misma disposición que tenían en Killarus.
¿Cómo se construyeron?
Mucho se ha discutido sobre qué clase de construcciones se pueden considerar como megalíticas, ya que el término griego lo único que viene a significar es "grandes (mega) piedras (litos)"; pues no todas las construcciones hechas con piedras de grandes dimensiones tienen por qué corresponder a una misma cultura. Así, se ha dado en llamar a las construcciones en piedras de gran tamaño y sin desbastar, "construcciones megalíticas", y a las construcciones hechas con piedras desbastadas de grandes dimensiones, encajadas entre sí con enorme precisión (como los talayots de las Baleares, o las ciudades de Micenas, o las murallas de Sacsahuaman del Cuzco, o la Puerta del Sol de Tiahuanaco en la antiplanicie boliviana) se las prefiere denominar "construcciones ciclópeas".
Los Menhires son monolitos alargados, clavados verticalmente sobre la tierra. Pueden presentarse aislados, asociados a Túmulos funerarios (amontonamientos de piedras y tierra sobre los enterramientos), o asociados a otros menhires en alineaciones de hileras paralelas, o en círculos o anillos (Cromlechs). Los menhires aislados son los más trabajados, ofreciendo un aspecto muy parecido al de los obeliscos egipcios, erosionados por miles de años a la intemperie en países tan lluviosos como Inglaterra o Francia, donde son más frecuentes. El menhir de Locmariaquer (Bretaña, Francia), el más grande de todos, con más de 22 mts. de longitud y alrededor de 350 toneladas de peso, se encuentra tumbado y roto en cuatro pedazos. No se sabe si estuvo erguido alguna vez, aunque se considera que debió romperse en el momento de la erección.
Los lineamientos de menhires consisten en largas hileras paralelas (o casi) de monolitos, más bastos que los solitarios, que componen enormes avenidas de hasta un kilómetro de largas. Al final de estas avenidas se encuentran con frecuencia lineamientos circulares o semicirculares de monolitos. Nunca se encuentran asociados a enterramientos de ninguna clase. En la zona de Carnac (Bretaña, Francia) se encuentra el más importante complejo de lineamientos, con un número total impresionante de monolitos situados en hileras paralelas, dibujando avenidas que, como en el caso de Kermario (con 1029 menhires), cubren hasta unos 1120 mts. de largo por 100 de ancho.
Los Cromlechs son alineaciones en anillos (circulares u ovalados) de monolitos. Tampoco se encuentran asociados a ningún tipo de enterramiento. Se encuentran fundamentalmente en Inglaterra, aunque también hay algunos en la costa atlántica del continente, asociados muchas veces a hileras de menhires. El Cromlech de Avebury (Wiltshire, Inglaterra) es el cromlech conocido más grande. Su círculo principal tiene 365 mts. de diámetro, y encierra una superficie de 105.000 m2. Avebury ("la tumba de Eva"), cuya forma se ha interpretado como la de una gigantesca serpiente, se relaciona, mediante una alineación de menhires, con otro comlech circular de menores dimensiones, situado a dos kms. de distancia.
Stonehenge (Salisbury, Wiltshire, Inglaterra), el más famoso de todos los monumentos megalíticos, se merece una descripción más amplia. Es un anillo rodeado de un terraplén y un foso, que dibujan una circunferencia de algo más de 100 mts. de diámetro. En el interior del talud hay 56 agujeros, llamados "Agujeros de Aubrey". En los extremos de dos diámetros que cruzan el monumento se encuentran dos rocas de poca altura y dos montículos; entre los cuatro constituyen "las cuatro estaciones". Todavía nos vamos a encontrar otras dos circunferencias de agujeros en el suelo (disimulados por el césped), llamados agujeros Y y agujeros Z (de más externo a más interno), que se corresponden con el número de piedras del llamado círculo de sarsens (arenisca). El círculo adintelado de sarsens está constituido por treinta megalitos de una arenisca de tono grisáceo, que forman una circunferencia de unos 30 mts. de diámetro.
La circunferencia está dividida en 30 partes iguales. La altura del dintel (4,925) es igual al sexto del diámetro del círculo... Por dentro se encuentra el círculo de "piedras azules" (dolerita punteada), provenientes de muy lejos, de las montañas de Prescelly (al norte de Pembrokeshire, Gales), a unos 210 kms. de Stonehenge a vuelo de pájaro. Dentro del círculo de sarsens se encuentra una herradura formada por cinco trilitos o arcadas, en el interior del cual se encuentra otra herradura más pequeña de piedras azules. En el centro del conjunto se encuentra una piedra, la "Piedra del Altar", formada por una arenisca micácea, distinta de los sarsens y de las piedras azules.
Los estudios de las relaciones geométricas entre unos y otros elementos, así como de las orientaciones respecto al Sol y a la Luna definen Stonehenge como un observatorio astronómico y como el más complejo de los monumentos megalíticos. Los Dólmenes son esencialmente una serie de piedras colocadas verticalmente que sostienen grandes losas horizontales. Algunos están enterrados bajo un túmulo de tierra y piedras (algunos destruidos o semidestruidos), pero otros, al parecer, han estado siempre al descubierto. Se consideran enterramientos, si bien sólo se han encontrado ajuares funerarios y esqueletos en algunos de ellos (sobre todo en los escandinavos). Los irlandeses y los del valle del Loira, en Francia, parece que nunca fueron usados como enterramientos. En los espectaculares dólmenes de Antequera sólo se han encontrado insignificantes piezas (líticas o de alfarería), si bien se piensa que es debido al expolio que pudieran sufrir a lo largo de los siglos.
Los dólmenes presentan gran variedad tipológica y diferentes grados de complejidad. En el dolmen simple, las piedras que sujetan la losa del techo, a veces de dimensiones muy importantes, pueden ser 3 ó 4. El dolmen de galería cubierta, como el de Menga (Antequera, Málaga, datado entre 3800-2500 a.C.), el más espectacular de la península Ibérica (y probablemente de toda Europa), consiste en una galería de planta casi rectangular, producida por dos lineamientos laterales de losas verticales que sostienen un techo formado por grandes losas (la última en el de Menga es de unos 6 mts. de longitud y 7 mts. de lado, con un peso aproximado de unas 180 toneladas; por ello se pusieron 3 pilares centrales como apoyo complementario). El dolmen de corredor es de constitución parecida a la del dolmen de galería, al final del cual se encuentra una cámara "sepulcral", de base cuadrada y factoría similar a la del corredor, si bien las piedras suelen ser de mayor tamaño. Los pasillos pueden estar divididos por piedras "agujereadas" a modo de puertas, como en el dolmen de Viera (también en Antequera, Málaga). El dolmen con falsa bóveda o Tholoi se aleja un poco del tipo "dolmen", pues está construido con piedras de menor tamaño, si bien su estructura es muy parecida a la de las cámaras de corredor. Su característica principal es el techo de la cámara final, de base circular y techo en falsa bóveda, muy similar al de los templos micénicos (ejemplos típicos son la cueva de El Romeral, Antequera, Málaga, los de los Millares, Almería y el de Newgrange, Meath, Irlanda).
En la isla de Malta se encuentran los denominados Templos, en los cuales no se desarrollan enterramientos, y que debieron ser centros de culto. Algunos autores los clasifican dentro del megalitismo y otros los consideran construcciones ciclópeas. El templo megalítico de Hal Tarxien (Valetta, Malta), constituye una gran construcción situada en el centro de un muro, en forma de herradura, que encierra unas celdas absidiales, relacionadas entre ellas mediante puertas adinteladas. En éstas aparecen decoraciones en bajo relieve de espirales y motivos zoomorfos de una perfección impresionante. Motivos espiralados que se van a repetir una y otra vez por los monumentos y petroglifos de la Europa megalítica.
Puesto que todos estos monumentos se datan habitualmente entre el 3º y 4º milenio a.C., en los albores de la edad llamada Calcolítico, ¿cómo pudieron aquellas gentes primitivas, con herramientas de piedra o cobre, sin conocimientos de ingeniería, y con un concepto mágico del mundo, concebir, organizarse y construir unos monumentos semejantes? Rechazando la idea popular de los "gigantes" o "cíclopes", se han estudiado diferentes técnicas que podrían haberse desarrollado en la construcción de estos monumentos con las toscas herramientas y escasez de conocimientos que se les atribuye a los antiguos pobladores europeos del 4000 al 2000 a.C.
Para la extracción debieron ayudarse de cuñas de madera que introducían en las resquebrajaduras naturales de la roca y humedecían hasta separar un bloque. También pudieron producir fisuras en las rocas mediantes el uso de fogatas. Una vez extraída la losa, se procedía a eliminar la roca sobrante a base de golpearla con mazas de piedra. Para el transporte se supone que debieron utilizar conjuntamente la fuerza de tracción animal (bueyes) junto con la humana, que arrastrarían el bloque sobre una serie de troncos cilíndricos. Cuando la roca fuese tan rugosa que el rozamiento con los rodillos impidiese su transporte, podrían utilizar algún modo de "balsa" o "trineo" sobre los que arrastrarían la piedra.
Para la erección de los menhires pudieron utilizar una serie de planos sucesivos de rodillos que ayudaban a levantar un extremo del megalito, hasta que la punta quedaba dentro del agujero en que quedaría clavado. O pudieron construir grandes taludes de tierra sobre los que desplazarían el bloque de piedra sobre rodillos de madera hasta llegar al borde, sobre el que inclinarían el monumento hasta quedar erguido. La colocación de los dinteles y las losas que cubren los dólmenes, requerirían una sucesión similar de planos y rodillos, o un relleno del espacio entre los ortostatos de tierra. Una vez terminado, se volvería a vaciar el recinto.
Con los métodos descritos sólo hace falta, aparte de las herramientas de piedra rudimentarias, un buen conocimiento de la palanca, suponiendo que las losas mayores, de incluso cientos de toneladas, pudiesen ser transportadas y levantadas con los dichos métodos. Pero además, hace falta una densidad de población y organización social muy superior a la de una simple aldea o tribu aislada. Con una autoridad y una jerarquía claramente establecidas, una división y especialización del trabajo, y una gran cantidad de obreros que estuvieran dispuestos a obedecer a pesar del gran esfuerzo y tiempo invertidos en ellos. Para mover y levantar el menhir de Locmariaquer (de más de 22 mts.) se calcula que debieron intervenir un número no menor de 3000 hombres. ¿Qué clase de cultura del final del Neolítico y principios del Calcolítico podría presentar una población tan numerosa como para tener 3000 hombres adultos (no ancianos, ni niños, ni mujeres), y a los que se pudiera apartar de las labores agrícolas y ganaderas, para la construcción de tales edificios? ¿Cómo organizar a tal cantidad de gente en una comunidad primitiva?
AMPLIAREMOS MAS DATOS EN OTRA EDICIÓN ¡¡¡
tambien se cree que las pirámides se hicieron de la misma forma.
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